Cursar un MOOC sobre algo que te guste es ya motivador de por sí, y si
encima puedes usarlo en tu vida diaria (como es mi trabajo) es más motivador
todavía.
El ser humano es curioso por naturaleza y si encima ponemos eso al alcance
de un clic, mejor todavía. El aprendizaje no sólo se consigue estudiando si no
con la experiencia, el diálogo, compartiendo e intercambiando distintos puntos
de vista sobre nuestra práctica diaria. Esto lo podemos aplicar a todo, a los
MOOC, a nuestros amigos, familia y situaciones de la vida. Como dice un
proverbio hindú: “Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más;
con mis alumnos todavía más.”
Cuando participamos en un MOOC claro que se aprecia la calidez y la calidad
humana de los participantes, siempre dispuestos a ayudarnos los unos a los
otros. Creamos una comunidad de aprendizaje, como una gran familia, en la que
podemos encontrar ideas, consejos y experiencias que nos hacen cada día más
expertos, mejores en nuestro trabajo.
Por todo esto, recomiendo a todo el mundo participar y compartir sus
experiencias en las comunidades de aprendizaje porque siempre vamos a aprender
algo nuevo, algo útil que quizás no se nos hubiera ocurrido de una manera
sencilla y al alcance de todos sin no
existieran las nuevas tecnologías.
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